martes, 17 de enero de 2012

La rana y la princesa

Érase una vez un príncipe que iba en busca de su amor por todo el mundo, pero un día se encontró con una bruja malvada llamada Timidez que le lanzó un hechizo que lo convirtió en rana. Para deshacer el hechizo era necesario un beso, el beso de una princesa, la princesa más maravillosa del reino, entonces la rana decidida fue al castillo de la princesa en busca del amor de su vida.
Al llegar al castillo el príncipe se adentró en el patio del reino donde se encontraba la hermosa princesa, mientras ella se peinaba su larga melena al príncipe se le iluminaron los ojos, se había enamorado profundamente de ella.
La princesa se percató de la presencia de la rana, ésta ilusionada la cogió porque le cayó muy simpática, pero no le dio un beso, sino que la guardó en una cajita de cristal. Caja que la princesa colocó en su habitación para poder entretenerse con la rana siempre que quisiese. 
Mientras tanto, el príncipie que había sido convertido en rana no podía hacer nada, sólo observar al amor de sus sueños a través del cristal. Hasta que finalmente un día la rana apareció muerta en su caja, muerta de amor, de soledad, de angustia, por verla cada día y no poder hacer nada por un beso de la que siempre fue "su princesa".

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